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Triglicéridos: impacto en la salud
y estrategias de control

Probablemente estés bastante familiarizado o familiarizada con el colesterol, con las diferencias entre el colesterol “bueno” y el colesterol “malo”, con su asociación con el riesgo de enfermedad isquémica (cuando el músculo cardíaco no recibe suficiente oxígeno) Sin embargo, ¿sabías que bajar el colesterol no baja el riesgo cardiovascular? Hoy queremos hablarte de los triglicéridos, un lípido muy importante para la salud que no va necesariamente ligado a tener el colesterol alto.

¿QUÉ SON LOS TRIGLICÉRIDOS?

La explicación química: un triglicérido es una molécula de glicerol (un tipo de alcohol) a la que se han unido 3 moléculas de ácidos grasos. Y ahora, la explicación práctica: los triglicéridos son lípidos, un tipo de grasa que circula en la sangre. Cuando consumimos más calorías de las que el cuerpo necesita para la energía inmediata, el propio organismo convierte esas calorías en triglicéridos, los almacena en células grasas y los libera cuando los necesitamos. Los triglicéridos son una gran reserva energética.

Los triglicéridos, por tanto, en cantidades moderadas son necesarios para la salud. Pero en niveles altos aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardíacas o accidentes cerebrovasculares como el ictus o el derrame cerebral.

Y aunque están muy relacionados con el colesterol, son diferentes tipos de lípidos que circulan en la sangre; así como los triglicéridos almacenan las calorías no utilizadas y nos proporcionan energía, el colesterol se utiliza para ayudar a digerir la grasa, protege la piel de agentes externos y forma algunas hormonas, entre otras funciones.

¿QUÉ SON LOS TRIGLICÉRIDOS ALTOS EN SANGRE Y CÓMO SE DIAGNOSTICAN?

La concentración sanguínea alta de triglicéridos se denomina hipertrigliceridemia y se diagnostica con un análisis de sangre en ayunas (de 9 a 12 horas) conocido como perfil lipídico o panel de lípidos. Este examen mide los niveles de triglicéridos junto con el colesterol total, el colesterol LDL (el “malo”) y el colesterol HDL (el “bueno”).

Como comentábamos, los triglicéridos son necesarios. Pero siempre que se encuentren, aproximadamente, a estos niveles:

  • Niveles de triglicéridos normales: por debajo de 150 miligramos por decilitro (mg/dl) en adultos, por debajo de 90 mg/dl en niños y adolescentes (de 10 a 19 años).
  • Niveles de triglicéridos ligeramente altos: entre 150 y 200 mg/dl. Aunque probablemente el médico considere que este resultado es alto si el análisis se ha realizado, como comentábamos, en ayunas.
  • Niveles de triglicéridos altos: entre 200 y 499 mg/dl.
  • Niveles de triglicéridos muy altos: 500 mg/dl o más.

CAUSAS Y FACTORES DE RIESGO DE LOS TRIGLICÉRIDOS ALTOS EN SANGRE

Existen determinados factores que pueden aumentar los niveles de triglicéridos en sangre. Están relacionados principalmente con lo que ingerimos, con nuestro metabolismo y con nuestro estilo de vida:

  • Enfermedades previas: como la diabetes, enfermedad renal, hepática o tiroidea. Así como la obesidad.
  • Estilo de vida: beber alcohol, la inactividad física o comer alimentos ricos en grasas y azúcares.
  • Medicamentos: como los que tratan el cáncer de mama, el VIH o la presión arterial alta.

 

Además, existen otros factores como la predisposición genética a no metabolizar los lípidos correctamente, situación que requerirá controles periódicos.

SÍNTOMAS DE LOS TRIGLICÉRIDOS ALTOS EN SANGRE

Los triglicéridos se acumulan en el abdomen, pero también en el tejido celular subcutáneo y en otras partes del organismo. Por lo que, a simple vista, no siempre puede valorarse si alguien tiene los triglicéridos altos en sangre. Es decir, en principio, no generan ningún síntoma.

IMPACTO EN LA SALUD DE LOS TRIGLICÉRIDOS ALTOS EN SANGRE

Los triglicéridos altos pueden facilitar el endurecimiento de las arterias y el engrosamiento de las paredes arteriales (arteriosclerosis). La arteriosclerosis se origina cuando las células son incapaces de absorber toda la grasa que circula por la sangre. Esto provoca que esa grasa se deposite en las paredes de las arterias, contribuyendo a su progresivo estrechamiento e, incluso, a su total obstrucción. Esto aumenta, como decíamos más arriba, el riesgo de accidente cerebrovascular, ataque cardíaco y cardiopatías. Además, los triglicéridos extremadamente altos también pueden causar inflamación aguda del páncreas (pancreatitis).

¿QUIÉN DEBE PREOCUPARSE POR LOS TRIGLICÉRIDOS?

Toda la población debe vigilar sus niveles de triglicéridos en sangre como parte de un enfoque integral para controlar su salud cardiovascular y general. Tanto niños como adultos. Aunque, evidentemente, hay grupos específicos que deben prestar atención a sus niveles de triglicéridos:

  • Personas con sobrepeso u obesidad: el exceso de peso está vinculado a niveles elevados de triglicéridos y a un mayor riesgo de enfermedad cardíaca.
  • Personas con dietas altas en azúcares y grasas saturadas: una dieta rica en azúcares refinados y grasas puede aumentar los niveles de triglicéridos.
  • Personas sedentarias: la falta de actividad física puede contribuir a aumentar los niveles de triglicéridos y obesidad.
  • Fumadores y consumidores excesivos de alcohol: fumar y beber alcohol puede aumentar los niveles de triglicéridos. El tabaco, por su parte, reduce el colesterol “bueno”, daña las células que recubren los vasos sanguíneos…
  • Personas con diabetes tipo 2: la resistencia a la insulina y el control deficiente del azúcar en sangre pueden elevar los niveles de triglicéridos.
  • Personas con antecedentes familiares con hipertrigliceridemia: este componente genético también predispone a algunas personas a tener niveles elevados de triglicéridos.

ESTRATEGIAS DE CONTROL

Entre las medidas más importantes para tratar y controlar los triglicéridos altos en sangre, encontramos medidas de salud habituales y, otras que, tal vez, te sorprendan:

  • Ejercicio físico: tanto el ejercicio aeróbico de altas intensidades como el entrenamiento de fuerza son muy efectivos para mejorar el perfil lipídico. El ejercicio aeróbico prolongado de intensidad moderada es, por tanto, muy recomendable como punto de partida. Así que no lo dudes, ¡empieza a caminar!.
  • Alimentación saludable: es importante reducir o evitar alimentos procesados, bollería industrial, refrescos azucarados, dulces y postres… E incluir en nuestra dieta verduras, hortalizas, frutas, legumbres, pescados al menos dos veces por semana y carnes blancas. Esta medida, además, nos permitirá alcanzar o mantener un peso saludable, otro factor fundamental a la hora de controlar los triglicéridos.
  • Elimina el alcohol y el tabaco: el alcohol contiene calorías y azúcar y tiene un efecto particularmente importante sobre los triglicéridos. Además, junto al tabaco, está asociado a estilos de vida sedentarios y al consumo de alimentación poco saludable.
  • Medicación: en aquellos casos en los que los cambios en el estilo de vida no son suficientes, será tu médico quien te prescriba el medicamento específico que te ayude a reducir los niveles de triglicéridos.
  • Gestiona el estrés y duerme 8 horas: el estrés aumenta la presión arterial, la inflamación del cuerpo, puede provocar palpitaciones y aumenta el colesterol y los triglicéridos. Esto ocurre porque el estrés estimula la liberación de cortisol y adrenalina, hormonas que fomentan la liberación de los triglicéridos. Por su lado, la falta de sueño a largo plazo también puede aumentar el riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos (cardiovasculares).

La ciencia avanza año tras año y década tras década. Los valores que hace 10 años marcaban los triglicéridos altos son distintos a los que se marcan ahora y, probablemente, serán distintos en el futuro. De hecho, cada vez más expertos abogan por dejar de medir los triglicéridos o tratar la hipertrigliceridemia de un modo estricto. E insisten en la importancia de la dieta, del ejercicio y de la reducción del alcohol.

Si deseas profundizar en esta interesantísima materia, te recomendamos la guía elaborada por el Ministerio de Sanidad Guía de Práctica Clínica sobre el manejo de los lípidos como factor de riesgo cardiovascular.

Pero si quieres averiguar (¡en solo 3 minutos!) qué riesgo tienes de sufrir colesterol alto, realiza el test que Natcolest ha desarrollado para que tomemos conciencia de nuestro estilo de vida y de las repercusiones que puede tener en nuestra salud. Y es que nunca es tarde para cambiar de hábitos… ¡y cambiar de vida!

No superar la cantidad diaria expresamente recomendada (un comprimido al día), ya que no debe consumirse una cantidad diaria mayor o igual a 3 mg de monacolinas procedentes del arroz fermentado con levadura roja. No debe consumirse si ya se consumen otros productos que contienen arroz fermentado con levadura roja. No debe consumirse junto con medicación para reducir el colesterol. No debe ser consumido por mujeres embarazadas o en período de lactancia, niños y adolescentes menores de 18 años ni adultos mayores de 70 años. No recomendado en caso de enfermedad hepática. No recomendado en caso de hipersensibilidad o alergia a cualquiera de los ingredientes. Si experimenta algún problema de salud, consulte a su médico sobre el consumo de este producto. Los complementos alimenticios no deben utilizarse como sustitutos de una dieta variada y equilibrada y de un estilo de vida saludable. Mantener fuera del alcance de los niños más pequeños. Conservar en un lugar fresco y seco.