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Colesterol alto y estrés:
relación y medidas de prevención

Cuando hablamos de las causas del  colesterol , solemos pensar en alimentos altos en grasas, falta de actividad física, malos hábitos como el tabaco o el alcohol, la predisposición genética…

Sin embargo, pocas veces se habla del  estrés y de las consecuencias que puede tener para nuestra salud cardiovascular.

¿QUÉ ES EL COLESTEROL?

El  colesterol es un  lípido , una sustancia similar a la grasa esencial para el cuerpo humano, ya que es necesaria en múltiples procesos como la formación de células sanas, hormonas, vitamina D y ácidos biliares que ayudan a digerir la grasa. 1

Pero somos más precisos. Hay  dos tipos principales de colesterol: el colesterol LDL y el colesterol HDL. 1,5

El  colesterol LDL (lipoproteína de baja densidad), es el que realiza la mayoría de procesos más arriba. Pero también es el índice al que nos referimos cuando decimos que nos ha subido el colesterol y se encienden todas las luces de alarma, ya que, en exceso, puede acumularse en las paredes de las arterias aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Por eso, también es conocido como el colesterol “malo”. 1,3,5

Por otro lado, el  colesterol HDL  (lipoproteína de alta densidad) es el que ayuda a eliminar el colesterol “malo” de las arterias, protegiéndonos así contra las enfermedades cardíacas. Es decir, recoge el exceso de colesterol en la sangre y lo lleva de vuela al hígado, donde se descompone y se elimina del cuerpo. 1,3,5 Es, como se puede deducir, el conocido como colesterol “bueno”.

LDL (“colesterol malo”)

HDL (“colesterol bueno”)

ENTENDIENDO EL ESTRÉS

El estrés suscita mucho interés. Sin embargo, pocas veces se relaciona con las enfermedades cardiovasculares. Vamos a entenderlo un poco mejor.

El estrés, como el colesterol, de entrada, no es malo; es una reacción natural del cuerpo ante situaciones reales o imaginarias que requieren una respuesta o adaptación. De hecho, está ligado al ser humano desde el origen de nuestra existencia. Y hoy, como entonces, se manifiesta tanto física como mentalmente, preparando al individuo para enfrentar desafíos a través de la liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina. Estas hormonas aumentan la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la respiración y el metabolismo, proporcionando temporalmente mayor energía y alerta.2

El estrés también se dispara, aunque la causa sea imaginaria.2

Sin embargo, cuando el estrés es recurrente, puede convertirse en algo crónico, provocando efectos perjudiciales en la salud. De hecho, a largo plazo, el estrés está asociado con un aumento de las enfermedades cardíacas, así como de otras enfermedades como la diabetes, la obesidad, la depresión o la ansiedad.2

Tipos de estrés

El estrés, a grandes rasgos, puede ser físico o emocional.2

El estrés físico

El estrés físico ha sido, históricamente, el agente estresante típico. Solo hay que imaginar a nuestros antepasados huyendo de un dinosaurio hambriento. Hoy, sin embargo, encontraríamos una clara similitud con el ejercicio límite y extenuante de corta duración. Este sobreesfuerzo, sobre todo cuando no se está entrenado, se traduce en agotamiento y, en última instancia, en problemas cardiovasculares.2

Además, del ejercicio físico externo, encontramos otros agentes estresantes de esta índole como los traumatismos, el ruido o las radiaciones.2

El estrés emocional

El estrés emocional y sus consecuencias en el corazón son también bien conocidas. Por ejemplo, tras el atentado contra las Torres Gemelas en Nueva York, se detectó un incremento en el número de disparos de desfibriladores cardíacos automáticos implantados para restablecer la actividad cardíaca.2 Nuestros antepasados también sufrían estrés físico y emocional.

LA RELACIÓN ENTRE EL COLESTEROL Y EL ESTRÉS Y SU IMPACTO EN LA SALUD CARDIOVASCULAR

El estrés es, en muchas ocasiones, la causa de enfermedades cardiovasculares en personas con posible disposición a padecerlas. Enfermedades como el ictus, la angina de pecho, la hipertensión arterial o las arritmias malignas.2

Aunque el estrés también nos pone en guardia para salir airosos de situaciones complicadas o incluso asegurar la supervivencia, obliga al corazón a trabajar intensamente. La sangre se espesa y las arterias se vuelven menos elásticas, acumulándose así sustancias nocivas en sus paredes, dificultando la circulación de la sangre y abonando el terreno para padecer una enfermedad o problema cardiovascular.2

Además, el estrés también puede llevar hábitos poco saludables como la mala alimentación, el consumo de alcohol, de tabaco y la falta de ejercicio. Evidentemente, estos malos hábitos pueden contribuir al aumento del colesterol “malo” y a la disminución del colesterol “bueno”, aumentando las posibilidades de enfermedad cardiovascular.

MEDIDAS PREVENTIVAS CONTRA EL ESTRÉS Y EL COLESTEROL ALTO

Adopta una dieta saludable: prioriza alimentos bajos en grasas saturadas, trans y azúcares, e incrementa el consumo de frutas, verduras y granos enteros para ayudar a reducir los niveles de colesterol.4,5

Realiza ejercicio regularmente: la actividad física no solo ayuda a controlar el estrés, también contribuye a mejorar los niveles de colesterol HDL, el colesterol “bueno”.2,4,5

  • Mantén un peso saludable: perder peso, siempre que sea necesario, puede ayudar a reducir el colesterol LDL y aumentar el HDL.4,5
  • Evita el tabaco y limita el consumo de alcohol y café: fumar puede reducir el colesterol HDL, mientras que el alcohol puede aumentar el colesterol LDL y el estrés. El café también es una sustancia que puede potenciar nervios y estrés.4,5
  • Duerme, al menos, 7 horas diarias: un buen descanso es fundamental para la renovación y la recuperación celular. El estrés es uno de los principales motivos de insomnio. Pero no dormir, también provoca estrés. Cuidar la calidad de nuestro sueño debe ser una prioridad.2
  • Gestiona el estrés de manera efectiva: prácticas como la meditación, el yoga, técnicas de respiración profunda o cualquier actividad que te relaje, pueden disminuir los niveles de estrés, afectando muy positivamente tus niveles de colesterol.2,5
  • Revisiones médicas regulares: realizarse chequeos médicos periódicos puede ayudar a detectar problemas de salud como el colesterol alto y proporcionar orientación sobre cómo manejar el estrés de manera efectiva.

 

¿Dudas? Te recomendamos que visites a un profesional de la salud. Un diagnóstico personalizado permitirá a tu médico elaborar un plan a medida y considerar la toma de medicamentos, siempre que los cambios en el estilo de vida no sean suficientes para controlar el colesterol y el estrés.

Hoy en día, muchos profesionales optarán por soluciones naturales. Soluciones como NatColest, un complemento alimenticio a base de extractos vegetales (extracto de ajo negro, berberina de la raíz de berberis, silimarina del cardo mariano y levadura roja de arroz) que, de manera natural, ayuda a mantener los niveles normales de colesterol, siempre que se lleve un estilo de vida saludable.

Precisamente, si tienes dudas sobre tus hábitos de vida y su posible repercusión en tu salud cardiovascular, NatColest ha desarrollado un rápido y efectivo test con el que valorar, en solo 3 minutos, tus factores de riesgo de colesterol alto. Después, recibirás un correo electrónico con el resultado y recomendaciones personalizadas.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES FINALES

Podemos concluir que la gestión del colesterol y el estrés es esencial para mantener una buena salud cardiovascular y general.2,3 Los puntos clave para lograrlo incluyen adoptar una dieta saludable rica en vegetales y baja en grasas saturadas y trans, realizar ejercicio físico regularmente, mantener un peso saludable, evitar el tabaco y limitar el consumo de alcohol.2,4,5 Además, es crucial adoptar técnicas efectivas para controlar el estrés como la meditación, el deporte, un paseo… o una retirada a tiempo.2

Como hemos visto, el estrés y el colesterol están estrechamente relacionados, y abordar uno puede beneficiar al otro.2,3 Es decir, están interrelacionados. Por eso, hemos de pensar en nuestra salud como un todo y como una carrera de fondo: nuestros hábitos de hoy son nuestra salud de mañana.

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Fuentes

1. Colesterol. Disponible en:

https://medlineplus.gov/spanish/cholesterol.html. Último acceso: Febrero 2024.

2. El estrés en las enfermedades cardiovasculares. Disponible en:

https://www.fbbva.es/microsites/salud_cardio/mult/fbbva_libroCorazon_cap66.pdf. Último acceso: Febrero 2024.

3. Estrés y colesterol alto: ¿Están relacionados? Disponible en:
https://vivolabs.es/estres-y-colesterol-alto-estan-relacionados/. Último acceso: Febrero 2024.

4. Seis maneras de reducir el colesterol. Disponible en:
https://magazine.medlineplus.gov/es/art%C3%ADculo/seis-maneras-de-reducir-el-colesterol. Último acceso: Febrero 2024.

5. Cómo bajar el colesterol. Disponible en:
https://medlineplus.gov/spanish/howtolowercholesterol.html. Último acceso: Febrero 2024.

No superar la cantidad diaria expresamente recomendada (un comprimido al día), ya que no debe consumirse una cantidad diaria mayor o igual a 3 mg de monacolinas procedentes del arroz fermentado con levadura roja. No debe consumirse si ya se consumen otros productos que contienen arroz fermentado con levadura roja. No debe consumirse junto con medicación para reducir el colesterol. No debe ser consumido por mujeres embarazadas o en período de lactancia, niños y adolescentes menores de 18 años ni adultos mayores de 70 años. No recomendado en caso de enfermedad hepática. No recomendado en caso de hipersensibilidad o alergia a cualquiera de los ingredientes. Si experimenta algún problema de salud, consulte a su médico sobre el consumo de este producto. Los complementos alimenticios no deben utilizarse como sustitutos de una dieta variada y equilibrada y de un estilo de vida saludable. Mantener fuera del alcance de los niños más pequeños. Conservar en un lugar fresco y seco.